¿Qué es la cultura?
El enfoque histórico y filológico que trata de definir la noción de cultura – como todo es cultura- corre el riesgo de contener fermentos de destrucción y aniquilación asimilados a la barbarie .
Una definición debidamente esencial, – en nuestro caso de cultura-, debe basarse en la naturaleza propia de la realidad que se quiere definir, o sea, en sus causas intrínsecas y no en sus efectos o acciones, cuanto menos, en convencionalismos ideológicos y/o políticos. Así mismo, debe fundarse en la causa de las causas, o sea la finalidad inscrita en la estructura real del sujeto de la cultura que es la naturaleza humana. Únicamente en la filosofía del ser de la realidad, encontramos el fundamento ontológico de esta noción, y solo desde aquí, se pueden definir, analizar y juzgar sus consecuencias.
La definición (casi) metafísica de la cultura es:
Sabiduría humana especulativa y practica poseída de modo habitual, para el crecimiento integral natural y sobrenatural, hasta alcanzar la perfección ultima.
Esta sabiduría habitual no es una posesión pasiva, sino una propiedad activa y permanente, aun cuando no esté en ejercicio actual y en concreto. Dicha propiedad no está condicionada por la actividad o los efectos culturales. Esta definición nos preserva del error común de confundir la esencia de la cultura (sabiduría humana) con sus efectos (obras y actos) y nos permite juzgar estos mismos con acierto.